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Adicción a la pornografía se dispara

By Junio 06, 2020

“La adicción al sexo es una sola enfermedad que daña a la persona mental, física y espiritualmente. El adicto tiene conductas sexuales repetitivas que no puede controlar”.

 Santiago Quesada

Casa de Acompañamiento Familiar, Arquidiócesis de San José.

En estos tiempos de cuarentena al parecer hay un aumento en con el consumo de pornografía en el mundo, tanto por parte de hombres como de mujeres, desde el inicio de la emergencia por la pandemia del Covid-19.

Aunque no se tienen datos exactos sobre Costa Rica, hay sitios web de contenido pornográfico que reportan un crecimiento de hasta el 60% en la cantidad de visitas que reciben de distintos países.

Santiago Quesada tiene más de 20 años de experiencia en el tratamiento de adicciones sexuales, es consejero y dirige un grupo de apoyo para personas con adicción al sexo y a la pornografía, el cual se reúne en el Casa de Acompañamiento Familiar de la Arquidiócesis de San José (CAF).

Esta organización de bien social informa que una situación como la presente trae consigo un aumento en la adicción a la pornografía y, por lo tanto, más personas que se autodefinen con problemas de conductas sexuales llegan a pedir ayuda.

También, la CAF comunica que ha habido un incrementado en las consultas de familiares de adictos sexuales, quienes están teniendo problemas a raíz de la situación de la pandemia.

Quesada afirma que, en el caso de los adictos sexuales el confinamiento y, por consiguiente, las dificultades de acceso a este tipo de material (por ejemplo, por verse rodeados de familiares) traen repercusiones en su comportamiento.

Según aclara, “la adicción al sexo es una sola enfermedad que daña a la persona mental, física y espiritualmente. El adicto -añade- tiene conductas sexuales repetitivas que no puede controlar, no tiene dominio sobre su conducta sexual”.

También menciona que “la pornografía puede estar presente en todos los niveles; lo que hace diferente al adicto en cada nivel es el uso que hace de la pornografía”.

 

“Buscará la manera de conseguir su dosis”

 

Cualquier persona sin importar su condición socioeconómica, formación educativa, preferencia sexual o creencia religiosa puede convertirse en un adicto al sexo, sin saberlo o sin aceptarlo.

“Las conductas sexuales de un adicto sexual, específicamente a la pornografía, es probable que se disparen. El “quédate en casa”, una medida sanitaria para aislar a la familia de posibles fuentes de contagio del covid-19 repercute en el distanciamiento físico con otras personas fuera del área de la casa”, detalló el coordinador, quien además conduce un programa en Radio María 100.7 F.M. que se transmite todos los lunes, a las 4:00 p.m.

De esta forma, un adicto que pasa más tiempo rodeado de familiares, buscará la manera de proveerse de la “dosis” que necesita, para ello puede utilizar medios como celulares, tabletas o incluso revistas impresas.

Las dificultades para conseguir lo que desea provocan en la persona adicta mal humor, conductas agresivas, incluso es posible que cree conflictos donde no los hay.

También puede presentar conductas de aislamiento social, con motivo o sin motivo. “Aun cuando tenga personas muy cerca, el adicto se ausenta por sus pensamientos sexuales obsesivos que lo dominan”, expone el consejero.

La persona en esos casos siente ansiedad y se percibe incapaz de controlar sus actos hasta el punto de realizar cosas que realmente no desea hacer.

Por ejemplo, buscará un lugar aislado, se encerrará en la habitación con la excusa de un conflicto familiar, esperará a que su pareja se duerma para mirar material pornográfico desde su celular, o aducirá que debe quedarse trabajando hasta altas horas de la noche para terminar un trabajo “urgente”, sin importarle el cansancio que pueda tener.

De acuerdo con Quesada, el adicto mirará pornografía según su preferencia (heterosexual, homosexual, infantil, etcétera), podrá durar unos pocos minutos o podrá durar horas, si tiene las condiciones para hacerlo, por ejemplo, estar solo en casa.

A esto se le suma la masturbación compulsiva. “Se masturbará las veces que su cuerpo aguante y las condiciones se lo permitan. La adicción sexual nunca lo va a satisfacer. La adicción le pedirá más”, señala el coordinador.

 

La culpa

 

Después de conseguir su dosis, placeres fugaces, como señala Quesada, el adicto entra en una etapa depresiva, donde crece el sentimiento de culpa por haber caído de nuevo.

“Se prometerá a sí mismo no volver a hacerlo. Esas promesas no las cumplirá, como no lo hizo las veces que las hizo. Maneja una autoestima muy baja que lo hace muy vulnerable”, .

Tras recuperarse de esa “goma moral”, los pensamientos compulsivos aparecerán de nuevo e iniciará otro ciclo adictivo.

Los adictos pueden presentar una especie de doble vida, la de adicto sexual con sus conductas autodestructivas, y la de una persona amable, colaboradora, de buen padre y con una imagen de buen esposo o esposa.

En la CAF se brinda atención tanto a adictos sexuales como a familiares de adictos. Estos familiares en el grupo REMIFE (Recuperando mi felicidad), un espacio de autoayuda de recuperación a largo plazo.

Las personas que presentan este tipo de problemas pueden ponerse en contacto con la Consejería sobre adicciones de la Casa de Acompañamiento Familiar, al teléfono: 2221 4510. La atención es gratuita.

Last modified on Sábado, 20 Junio 2020 18:23
Danny Solano Gómez

Periodista, licenciado en Producción de Medios, especializado en temas de fe católica, trabaja en el Eco Católico desde el año 2009.

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