Mons. José Francisco Ulloa, obispo emérito de Cartago, describe a las religiosas contemplativas como “pulmones espirituales de la humanidad”. Comenta que: “Si en este momento necesitamos muchos respiradores artificiales para salvar las vidas de los enfermos, también hoy, más que nunca, necesitamos respiradores espirituales para todos aquellos que están enfermos y por los que trabajan por salvar vidas”.
El pasado 27 de abril se creó una Cadena de Oración en los Conventos de Clausura, a través de la cual los creyentes pueden hacer sus peticiones, para que las religiosas oren por los enfermos de Covid-19 y el personal sanitario que hace frente a la pandemia.
Las peticiones se pueden enviar al correo: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. Estas son distribuidas entre diferentes órdenes y congregaciones presentes en el país.
Una vez recibidas, las religiosas dedicarán un momento de oración específicamente por aquellos por quien se pide.
Si bien, en los conventos y monasterios se ha rezado por el fin de esta pandemia, incluso desde antes que se detectara el primer caso en Costa Rica, Monseñor explica que la idea es no hacerlo de manera general sino de manera más directa, con el nombre y la situación particular de cada uno.
El origen de la idea
El obispo emérito contó que la idea nació durante Semana Santa, pues él presidió las celebraciones del Triduo Pascual en el Monasterio Nuestra Señora de los Ángeles de las Hermanas Clarisas, ubicado en Paraíso de Cartago.
En esos días -explicó- rezó, junto con las monjas, por el fin de la pandemia, por lo enfermos, el personal sanitario y todos aquellos que de alguna manera estuvieran expuestos al virus.
Por entonces, una doctora del Hospital Max Peralta le dijo: “Ya que usted va donde las hermanas clarisas ¿Por qué no les pide que recen por el personal, pues lo necesita mucho?
Monseñor decidió comentar a la abadesa sobre la posibilidad de recibir peticiones de oración, a lo que ella se mostró con total disposición. Luego, el prelado se puso en contacto con Lisandra Chaves, virgen consagrada, quien le propuso formular una campaña por Redes Sociales e incluir a otros conventos y monasterios.
El primer día se sumaron seis: Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús, en Heredia; las Hermanas Clarisas de Cartago, Clarisas Capuchinas, en San Isidro de El General; Carmelitas Descalzas, en Escazú; de la Anunciada, en Alajuela; Contemplativas de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, en Guadalupe.
Según contó Monseñor, a las pocas horas de hecha la invitación les habían llegado 50 peticiones de oración.
La hermana Cristina María de la Cruz, de las Contemplativas del Buen Pastor, expresó que para ellas es muy significativo, pues además les permite hacer valer el cuarto voto de la congregación, el de Celo Apostólico, es decir, del celo por la salvación de las personas en medio del sufrimiento del mundo.
Agrega que no solo ofrecen la oración, sino también todo su quehacer diario por quienes tienen sus peticiones.
Por su parte, la hermana Ancila del Monasterio de la Anunciada en Alajuela, comentó que cuando les contaron sobre la iniciativa de inmediato pidieron formar parte de ella, pues es responsabilidad de sus integrantes orar por quienes les encomiendan.
