Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica
ante el aumento de la violencia homicida en nuestro país
“¿Qué has hecho? ¡Escucha! La sangre de tu hermano grita hacia mi”
Gén 4,10
Hermanos y hermanas en Cristo Jesús
Hoy nuestra palabra brota entristecida por la gravísima situación que atraviesa nuestro país. Cerramos el 2023 con un aumento histórico de homicidios, llegando a contabilizar 907 asesinatos y, apenas en estos primeros días del 2024, somos testigos de horrendos nuevos crímenes que nos estremecen el corazón y nos motivan a asumir una posición firme y clara.
En particular, manifestamos nuestra cercanía con las comunidades que más sufren este flagelo, a saber, nuestras costas, tanto del Pacífico como del Caribe, así como de San José, nuestra ciudad capital, convertidas en escenarios casi cotidianos de balaceras y “ajustes de cuentas”.
Como es de conocimiento de muchos, la relatora de las Naciones Unidas, Tlaleng Mofokeng, que recientemente visitó nuestro país indicó: “Las libertades relacionadas con el derecho a la salud incluyen el derecho a controlar su cuerpo y la salud propia, incluyendo la libertad sexual y reproductiva...” Más adelante agregó que “Las restricciones penales y legales al aborto son de naturaleza discriminatoria, restringen la autonomía e interfieren con la relación médicopaciente, afectando el acceso a los servicios de salud y la información. Esta es una forma de discriminación basada en el género. La moralidad pública y las creencias religiosas no pueden servir de justificación para la promulgación o aplicación de leyes que den lugar a violaciones de derechos humanos.”
Respetuosamente, como pastores y ciudadanos costarricenses, nos permitimos hacer las siguientes reflexiones dirigidas a todas las personas de buena voluntad:
La Comisión Nacional de Protección a Menores y Adultos en Vulnerabilidad (CONAPROME) de la Conferencia Episcopal de Costa Rica comunica que el día de hoy se realiza en el país la III Jornada Nacional de Oración por las víctimas de abuso espiritual, de poder y sexual.
La Jornada Nacional de Oración es una actividad espiritual en la cual todas las diócesis del país se unen en oración por este flagelo que afecta la sociedad en general pero que también está en la Iglesia Católica. Hoy, en todas las diócesis del país se ofrecen Eucaristías, Horas Santas, vigilias y otras oraciones por las víctimas de abuso y por todas las víctimas secundarias que se han visto afectadas.
Estas actividades particulares de sensibilización y oración por el tema son organizadas por la Red Nacional de Prevención del Abuso que está compuesta por las diferentes comisiones diocesanas de protección al menor y adultos en vulnerabilidad. El lema de este año está inspirado en el mensaje del video del Papa Francisco correspondiente a marzo 2023 “No basta pedir perdón, es necesaria la reparación y la prevención”. En este mensaje el Papa además dijo que pedir perdón es importante pero las víctimas tienen que estar al centro de todo, su dolor y sus daños psicológicos pueden sanar si encuentran respuestas, acciones concretas para reparar los horrores que han sufrido y prevenir que no se repitan. La Iglesia no puede tratar de esconder la tragedia de los abusos sean del tipo que sean, ni en la familia, club u otra institución. La Iglesia tiene que ser un ejemplo para ayudar a resolverlos en todo ámbito. La Iglesia tiene que ofrecer espacio seguro para escuchar a las víctimas, acompañarlas psicológicamente y protegerlas”.