La costarricense Floribeth Mora tenía un aneurisma cerebral y los médicos le daban poco meses de vida. Sin embargo, mientras veía en su cama la transmisión de la ceremonia de Beatificación de Juan Pablo II rezó y se entregó al Señor. Por la mañana miró una foto del Papa polaco que tenía en la habitación y escuchó una voz que le ordenó: "Levántate, no tengas miedo". Estaba sana, había ocurrido un milagro y los médicos no lograron explicar lo sucedido.