“Pasar más tiempo con mis papás es lo que me gusta de estudiar en la casa, ellos me explican y me acompañan mientras hago las tareas”, dice Brenda Cordero, estudiante de segundo grado, aunque afirma que lo que más extraña del confinamiento por la pandemia de Covid-19 son su maestra y compañeros.
Como Brenda, más de un millón de estudiantes de nuestro país reciben educación desde casa en vista de la necesidad de cambiar la modalidad en la que se impartían las lecciones, una realidad emergente a la que tanto el Ministerio de Educación Pública como las instituciones privadas tratan de adaptarse con algunos altibajos.
Uno de ellos es la diferencia en las dinámicas familiares de los estudiantes, que determinan en muchos casos el éxito o el fracaso de la modalidad a distancia, sin contar con las limitaciones en el acceso a Internet.
En efecto, mientras Brenda desea volver a las aulas, sus padres se sienten exhaustos con la gran cantidad de tareas escolares que se acumulan semana tras semana. Otros padres hablan de dificultades para lograr una adecuada concentración de sus hijos y para conciliar los quehaceres del hogar, el estudio y el trabajo desde la casa.
Experiencia docente
Las docentes Margot Cordero y Erika Alfaro de la Escuela Santa Marta, en la Dirección Regional Grande de Térraba en Puntarenas, compartieron cómo llevan adelante el proceso educativo en el confinamiento por el Covid-19.
Ambas reconocen que la tecnología juega un papel importante como canal de comunicación, sin embargo, sostienen que se presentan brechas por cuanto hay quienes no cuentan con herramientas como dispositivos electrónicos y conexión a Internet.
“Si bien es cierto el MEP nos ha capacitado para poder trabajar en programas como Microsoft Teams, dependiendo el contexto esto no es posible”, dijo Cordero.
A pesar de ello, ambas rescatan que es una gran oportunidad para aprender y tener un mayor acercamiento con los padres de familia, encargados y estudiantes.
La principal preocupación de la maestra Cordero al adaptar las clases en tiempos de pandemia es como lo toman sus estudiantes, pues “la educación no solo es trabajar lo académico, sino la interacción social y emocional”.
En su caso, ha sido necesario encontrar otras vías para mantener el contacto, como las guías de trabajo autónomo, que se entregan en la fecha que se reparten los alimentos del comedor escolar. También ofrece orientación vía telefónica o por WhatsApp, con la colaboración del padre de familia.
Por su parte, la profesora Erika Alfaro evalúa la modalidad a distancia con un 5, en una escala de 1 a 10, según el contexto de su comunidad. Le preocupa estar profundizando brechas de desigualdad entre los estudiantes. Sin embargo, considera que cuando existen las condiciones propicias, “es una excelente forma de ayudarlos a seguir avanzando”.
Ambas coinciden en que a pesar de la emergencia y de las medidas que se han tomado sobre la marcha, siempre se ha tratado de salvaguardar la integridad del estudiante, su bienestar y apoyo al máximo.
Cordero resaltó el esfuerzo del MEP para adecuar la educación según el contexto del niño y las capacitaciones ofrecidas, así como el papel de los padres de familia.
Un último aspecto positivo -dijo Cordero- es que “esta situación ha servido para compartir más tiempo en familia, reflexionar sobre nuestras prioridades y por qué no decirlo, buscar un mayor acercamiento con Dios”.
Para facilitar el estudio desde casa
La psicóloga Vilma Leandro, vocera del Colegio de Profesionales en Psicología habló con Eco Católico sobre cómo los padres de familia pueden motivar a sus hijos en la educación desde el hogar.
En primera instancia la especialista recuerda la importancia de comunicar a los docentes quién brinda el acompañamiento a los niños y jóvenes, puesto que en ocasiones quienes están a su cargo no saben, no entienden la materia o tal vez no muestran interés por acompañarles.
Lo anterior en razón de que en los hogares costarricenses hay familias en donde a los padres les toca salir a trabajar y por ende sus hijos están al cuidado de algún otro miembro, como lo son los abuelos, por lo que además llama a que estos no se sientan culpables por no estar tan al pendiente de ellos, en el sentido de que no es una decisión.
La psicóloga expuso que los niños entre más pequeños más acompañamiento necesitan, incluso necesitarán más supervisión debido a la pandemia. Pero también es una excelente oportunidad para que quien esté a cargo de su educación, aproveche de ir soltando a los chicos para que ellos vayan ganando autonomía e independencia en sus trabajos escolares.
Además, dijo que los niños en edad de preescolar, sobre todo los de primero y segundo grado van a ocupar de mucha presencia de personas adultas que los acompañen, mientras que a los que estén más grandes, hay que preguntarles si necesitan ayuda.
“La autorregulación emocional es un proceso paralelo a esta situación, que los chicos aprendan cuándo no pueden, cuándo si pueden, qué es lo que hacen cuando no estén pudiendo, qué podrían hacer cuando no están logrando algo… ese tipo de automonitoreo es importante que se vaya logrando porque es una habilidad para la vida, no solamente con el tema educativo, sino en general con otras áreas de su existencia”, expresó Leandro.
De acuerdo con la especialista, hay que tomar en cuenta que no puede ser igual como si estuviera yendo a clases normalmente y recordar que los padres y quienes están a cargo de la educación de los estudiantes no son docentes.
Las tareas deben ser dosificadas
Leandro también recomienda el trabajo dosificado, es decir que los niños y jóvenes realicen las tareas conforme se las envían, para que no se acumulen a un mismo momento.
“Si las familias tienen alguna dificultad para cumplir con lo que la escuela les solicita, es fundamental que lo comuniquen a la docente, qué es lo que está sucediendo y por qué no podría cumplir”, subraya.
Además, enfatiza en que no se vale hacer las tareas y los trabajos a los chicos, y que tampoco es válido, por parte de los docentes, dejar trabajos que los estudiantes no puedan hacer.
Para ello, quienes estén a cargo de la educación de los menores deben ser honestos con el docente y comunicarles cuando los chicos no comprenden, no hacerle el trabajo, sino informar al docente para que él construya una estrategia para que el chico lo pueda realizar.
La psicóloga dijo que “bajo ninguna circunstancia se recurra a las amenazas o algún tipo de maltrato ni físico ni verbal para que hagan las tareas”, más bien a manera de motivación hay que insistirles en que se aprende para la vida, no para una nota.
“Quienes tienen que tenerlo claro y creérselo son los padres, hay que insistir en el esfuerzo que se está haciendo”, agregó.
También es importante que haya organización en la familia, debe haber un horario y espacio físico para el trabajo escolar, por ejemplo, una mesa donde todo se pueda recoger y se sepa que el niño se va a dedicar a hacer la tarea.
La esperanza es la motivación
El consejo para los padres de familia es comunicarle a los menores que esto va a pasar, que no va a ser para siempre y que en algún momento estarán de vuelta en los centros educativos, donde van a poder estar de nuevo con sus maestras, profesores, sus compañeros y hacer todas las rutinas de ir a jugar, compartir durante el almuerzo, las meriendas, entre otros.
“Ese mensaje de esperanza es muy importante en los niños y jóvenes”, comunicó la especialista, quien además propone ser empáticos, puesto que lo natural en la infancia es el juego, la curiosidad, estar con sus grupos de amigos... por lo que, a ellos el confinamiento les afecta de manera particular el distanciamiento social.
Consejos para motivar el estudio en casa:
Reforzar que el objetivo de la educación es crear, forjar, fomentar habilidades para la vida, la toma de decisiones y la resolución de conflictos, entre otros.
-Reconocer el esfuerzo por hacer la tarea y los trabajos. Pueden ser recompensas simbólicas como decirles al final del día que se junten para leer el cuento que más les gusta, o reunirse para contar historias, esas situaciones les puede generar algún nivel de emoción.
-También cuando se está conversando con algún familiar, comentarle que el niño está muy aplicado y esforzado… ese tipo de reconocimientos que más allá de cosas materiales.
-Hacer horarios de estudio conjuntamente, negociar de acuerdo a las condiciones y posibilidades que se tengan.
Fuente: Psicóloga Vilma Leandro, Colegio de Profesionales en Psicología
Clases presenciales dependerán de evolución de la pandemia
El Ministerio de Educación Pública (MEP) confirmó que el regreso a clases presenciales será después del período de vacaciones de medio año, que va del 29 de junio al 10 de julio.
No obstante, será gradual, es decir no todos los estudiantes retornarán al mismo tiempo ni todos los niveles, sino paulatino en horarios y días escalonados.
Asimismo, será controlado de tal manera que dependerá de factores como la cantidad de casos activos de Covid-19 en la comunidad educativa.
De acuerdo con Guiselle Cruz, ministra de educación, frente al gran desafío del retorno presencial “para enfrentarlo en Costa Rica, el MEP ha echado a andar la estrategia Regresar, a fin de volver a las aulas en apego a los más estrictos protocolos de prevención”.
Mientras el curso lectivo se mantiene bajo la modalidad a distancia, se contempla que quienes ingresen primero sean los estudiantes de último año de secundaria, sexto año y primer grado.
Lo anterior es parte de las evaluaciones que realiza el equipo interdisciplinario del MEP, el cual trabaja en la definición de los escenarios para el retorno paulatino del curso presencial.
El Ministerio dará a conocer el listado de escuelas y colegios que cumplan con las condiciones de infraestructura y distanciamiento social antes de finalizar el mes de junio para que los estudiantes puedan retornar luego de vacaciones, eso sí, si la evolución de la pandemia lo permite.
