“Hemos visto con inmensa alegría cómo la Iglesia se ha fortalecido como red de consuelo y auxilio. No es posible recopilar todas las acciones que se están realizando en la Iglesia, pues las exigencias de tiempo para la labor solidaria no permiten que éste alcance para las tareas de su divulgación. Además, sabemos que en gran parte, la mano izquierda de la labor solidaria de la comunidad eclesial no sabe lo que hace su mano derecha. Pero podemos reseñar, de manera general, una serie de acciones solidarias de la Iglesia en este momento”, expresan los prelados en el texto que compartimos más adelante.
Su exhortación al Pueblo de Dios en Costa Rica es motivarnos a que nos empeñemos en “hacer el bien, en auxiliar a las personas más golpeadas por la crisis que estamos viviendo. Este testimonio permitirá contagiar la esperanza en nuestros hermanos. Animamos a todos los católicos para que, además de las tareas de asistencia a las personas necesitadas, se comprometan en la conversión social a la que Dios nos está llamando en este grave momento”, manifiestan.